SI NO SE APLICAN REGLAMENTOS ES COMO SI NO EXISTIERAN
Al hablar de leyes y reglamentos que tenemos en municipio de Acámbaro para atender diversos temas que impactan directa o indirectamente la interacción entre los seres humanos, con los seres vivos y el entorno, es preciso mencionar que la mayoría de la población desconoce su contenido, por lo que es necesario, que las autoridades en turno den a conocer la información que estos documentos contienen, a fin de que su aplicación pueda llevarse a cabo de manera correcta, visto desde un enfoque transversal, que permita que tanto los gobiernos, como empresas y ciudadanía en general, abonen en la construcción de un municipio que valore el entorno, que cuide la seguridad y que procure el bienestar de las especies de organismos vivos con quienes convivimos a diario, que para este texto, está centrado en los perros abandonados y en la seguridad de las personas.
Después del 21 de julio, la vida cambió para una familia completa, por la pérdida de un ser querido a consecuencia del ataque de perros hambrientos que vieron en un ciclista una fuente de alimento. Perros que por la naturaleza de su especie, es normal que sin la convivencia directa del ser humano y ante la necesidad de alimentar a una camada de cachorros y otros integrantes adultos, busquen estrategias para sobrevivir. Esta situación no fue atendida en los primeros llamados de auxilio que la ciudadanía emitió, porque no se había presentado un antecedente que pusiera en riesgo a las personas a tal grado en este municipio, sin embargo, ya se habían hecho reportes de perros atacando ganado, a otras especies animales y prosecuciones y mordidas apersonas que afortunadamente no llegaron a situación grave. Al día de hoy, que los contextos han cambiado, es preciso que todos los sectores de la sociedad, seamos partícipes de las oportunidades de mejora para que las pérdidas de seres queridos no se repitan por ataques de perros ferales.
Más allá de los sentimientos de tristeza, enojo e impotencia, prevalece el análisis crítico de la falta de compromiso que hay entre la sociedad en general y los gobiernos, que han sido laxos en la toma de decisiones oportunas para atender problemas prioritarios en donde es necesaria la aplicación de las normas, los reglamentos, las leyes, con sus sanciones respectivas para quien sea responsable de uno u otro acto. Sin embargo, esto no es una realidad palpable, ya que los gobiernos prefieren “no molestar” al futuro posible electorado y esto genera que los problemas, los conflictos, los riesgos, incrementen.
El sentir de una hija que ha perdido a su padre es claro, no se trata de hacer una crítica específica a las autoridades, sin embargo, sí se enfatiza la molestia por la aplicación de las leyes y los reglamentos a conveniencia de las partes en conflicto, en este caso, sobre bienestar animal.
“No quisiera emitir una crítica a las autoridades, porque no es el tema ahorita, buscamos aplicar las buscan aplicarla, pero muchas veces no, porque aparte de todo por parte de la sociedad como que renegamos mucho de que se nos haga cumplir una ley y pues si queremos todos los derechos que jurídicamente podamos tener, pero ya las responsabilidades, esas métemelas abajo del tapete y pues qué pasa con las autoridades también que a veces buscamos cumplir o buscan cumplir estos reglamentos estás leyes estos códigos, pero como están tan expuestos al ojo crítico de una sociedad enojada con sus con sus instituciones, lo queremos hacer bajita la mano, no nos permitimos actuar como autoridad; Sí tenemos un nombramiento sí sabemos a lo mejor cuál es nuestra función, pero ya al momento de hacerlo frente a la ciudadanía, se nos olvida un poquito, ¿por qué? porque me van a criticar, porque me van a decir, porque se me van a ir encima; por parte de al menos de control canino, con qué es con quien hemos podido tener el acercamiento por parte del ayuntamiento, pues sí tenemos también estás manifestaciones, o sea ellos llegan.
Está claro que cuando las normas son aplicadas y la ciudadanía requiere recibir una sanción, se busca no tener responsabilidades qué cumplir, evadir realidades, poner excusas, romantizar los conflictos.
“Ellos llegan, quieren recoger animalitos que están significado un riesgo para la ciudadanía y la misma ciudadanía le dice ¡No! ¿Por qué te lo vas a llevar?, pero ese ‘¡no, porque te lo vas a llevar!’ implica ¿Quién se va a ser responsable de él?, una cosa es alimentarlos y los engrimos a nuestros domicilios, pero ya al momento en que estos animalitos atacan otro animal atacan a una persona como es este caso, pues ya todos escondemos la mano ¿no?, ya nadie le sirvió en ese plato, ya nadie le dio el agua y ya no asumimos la otra parte, la parte de las obligaciones.”
El desconocimiento de las leyes no nos exentan de su aplicación, sin embargo la falta de participación ciudadana, los usos y costumbres que van en contra de los reglamentos y los pocos apoyos, la falta de equipamiento, los raquíticos presupuestos, la falta de espacios, la falta de personal, la poca vinculación entre las áreas de acción dentro del municipio, hace que la labor de los funcionarios sea limitada para atender problemas ambientales, de salud pública, de bienestar animal, entre otros, y se ve mermada su capacidad en la atención de sus labores y funciones, lo que provoca que quienes están al frente de algunas áreas, tengan sobre carga laboral, usen sus propios espacios, a fin de poder atender las metas establecidas o buscar los alcances de los reglamentos.
“Entonces, es un parteaguas que viene desde hace muchísimo tiempo esta bifurcación entre ¡quiero que la ley me proteja!, pero ¡no quiero que la ley me obligue! pues son ambas cosas, van de la mano y para las autoridades es igual, una autoridad lo que la ley te permite es lo que vas a hacer fuera de eso, fuera de eso estaríamos hablando de otras situaciones, pero parte de esta ley también es es el derecho consuetudinario, qué son las costumbres que tenemos; tenemos una sociedad que que rebelde que no quiere acatar los reglamentos le marcan, pues es muy complicado llevarlo a cabo.
¡Sí falta!, falta más aplicación, porque pues es muy bonito decir que están los reglamentos o que están las leyes pero si no se aplican es como si no existiera. Yo creo que hay que hacer un llamado a la autoridad de que efectivamente actúe como autoridad ya la ciudadanía recordarle que todos estos artículos o estos artífices jurídicos no están hechos para perjudicarle. De repente nos cuesta un poquito ver el alcance que pueda tener, pero son precisamente para proteger todos nuestros bienes jurídicos, que van desde lo más simple que puede ser un este un robo, un daño a un vehículo, una riña, hasta el hecho de que una persona pierda la vida”.
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